Ha pasado mucho tiempo desde que tuve la oportunidad de trabajar con personas y escuchar no sólo sus demandas más obvias, sino el sentir sus más profundas heridas y anhelos. Los seres humanos somos muy complejos, tanto que muchos de nosotros no sabemos que es lo que realmente queremos, no conocemos nuestros límites y menos aún nuestras potencialidades porque nos hemos conformado con obtener lo suficiente para ser y estar.
Hay un vacío que muchas veces se intenta llenar con amistades superfluas, compras, viajes, entretenimiento, adicciones y todo esto en busca de la felicidad y sentido de pertenencia porque percibimos que lo que tenemos no alcanza.
El cerebro humano siempre ha estado dos pasos por delante en la creación de sus necesidades y la forma de satisfacerlas momentáneamente. Contamos con tecnología que avanza a pasos agigantados, descubrimientos que van más allá de nuestro entendimiento, estamos a un solo click de obtener toda la información que deseemos y es que en la historia de la humanidad nunca se había contado con tantos artículos y espacios que nos brinden comodidad, pero aún no se ha dedicado tiempo a descubrir o inventar algo para que el ser humano pueda sentir estados de satisfacción plena, control de pensamientos o felicidad.
El ser humano ha sido diseñado para ser extraordinario, para que encuentre la felicidad, este es nuestro derecho y obligación, sin embargo, la mayoría del tiempo nos pasamos la vida buscando algo que siempre ha estado en nosotros mismos, en nuestro interior, en nuestra esencia, lo único que precisamos es tomar la decisión de despertar y dirigir nuestra atención y mirada hacia nosotros mismos, dejando de enfocarnos en el otro y ser capaces de descubrirnos, re-conocernos, y llevar a la acción ese potencial ilimitado con el cual contamos todas las personas.
Afortunadamente, hoy gracias a investigaciones sobre el papel que juegan los pensamientos en la mente humana, contamos con técnicas, métodos y herramientas que apoyan a profesionales del diseño en su papel de guías, facilitadores o mentores para así poder brindar sesiones de alto impacto, transformacionales y sostenibles en el tiempo.
Con todo lo expuesto, la pregunta es ¿Qué estamos esperando para acceder a estos espacios de transformación?, evidentemente nos encontramos con una gran diversidad de respuestas, pero la más común es “Tengo miedo”, miedo al cambio, temor a ser auténtico, terror a ser diferentes, pavor a ser señalados, pánico a no ser más de lo mismo, en conclusión espanto generalizado. El único ser que puede tomar las decisiones por ti eres tú mismo, ojalá que puedas dar hoy el primer paso hacia tu éxito y transformación, sólo pregúntate ¿soy feliz?, ¿Vivo en bienestar?, ¿hay algo que aún no he visto o me estoy perdiendo de algo? y lo que venga después lo hacemos juntos.
¡¡Recuerda esto… todos estamos a un pensamiento del Entendimiento!